¿Cuál es tu personalidad laboral?
Existen 3 tipos de personalidad en el trabajo.
¿Cual es la tuya?
¿Conseguir empleo depende de tu personalidad?
¿Existe algo tan gratificante para una persona como disfrutar de su empleo y profesión a diario? Es fascinante detenerse a pensar en las distintas clases de aptitudes, cualidades, personalidades, valores, y preferencias de cada persona, siendo todos estos factores que contribuyen al entendimiento de las necesidades de cada postulante, y a la formación de una visión integral por parte del empleador (fortalezas, debilidades, preferencias profesionales).
Asimismo, estos factores ofrecerán información acerca de los tipos de empleos y ambientes laborales que capturan el interés del postulante, acerca de cómo prefiere trabajar (el ambiente más propicio para su éxito), y también acerca de la forma en que conduce su búsqueda de empleo.
¿Es posible anticipar cómo un postulante trabajará con un empleador determinado? Desde luego, existen modelos pensados a dicho fin, que ofrecen pistas inmediatas acerca de las actitudes y los rasgos críticos para el proceso de elaboración de decisiones y de toma de riesgos.
Claro que algunos asumirán el control del proceso de toma de decisiones y de la búsqueda laboral en forma mucho más eficiente que otros. En primer lugar, cabe señalar que la energía y la pujanza del postulante, por lo general, suelen repercutir en forma negativa sobre su paciencia. De hecho, algunos dejan sus empleos en forma precipitada, sin planificar demasiado lo que está por venir.
Otros son más precavidos, y eligen formar constantemente contactos que pudieran servirles para posicionarse mejor u obtener un mejor empleo. En la mayoría de los casos, este tipo de personas suelen quedar pasmadas cuando son despedidas, y no pueden creer que, al final de cuentas, no eran indispensables en el trabajo.
Suele tratarse de personas competitivas, que no resisten por mucho tiempo la búsqueda laboral. Ellos establecen redes laborales y tienen algunos buenos contactos para probar suerte. Esto los hace un tanto agresivos a la hora de pujar por un nuevo empleo. De hecho, ellos no creen que haya alguien que no quiera contratarlos, lo que hace que lleguen a las entrevistas con grandes dosis de confianza y autosuficiencia.
Los amistosos
* Las personas amistosas son trabajadores de equipo naturales, algo que resulta esencial a los fines de la búsqueda laboral. No obstante, suelen ser también muy sensibles y, en consecuencia, cualquier cosa tiene la facultad de herirlos.
Nada les produce más miedo que la palabra “No”, de modo que pueden ser muy indecisos a la hora de dejar un trabajo, iniciar las tareas de una búsqueda laboral, y, posiblemente, hagan aquellas partes de las tareas que les resulten gratificantes y dejen aquellas partes menos satisfactorias para el final —por lo que existen grandes probabilidades de que nunca se lleguen a completar—.
En este sentido, ellos podrían intentar evitar todas aquellas situaciones que pudieran representar un rechazo. Dado que son buenos para el trabajo en equipo, puede que tengan gran cantidad de contactos de los cuales valerse a la hora de la búsqueda laboral, aunque la falta de cualidades de archivo podría hacer que jamás encuentren el teléfono de la persona que más necesitan.
En cualquier caso, se trata de personas que lo intentarán duro, de cualidades poderosas, que suelen brindar interesantes entrevistas.
Los realistas
* Los individuos pacientes y realistas suelen ser personas calmas por naturaleza, siempre bien orientadas, sin pretensiones exageradas, y con excelentes aptitudes de jugadores de equipo. Estas personas suelen mantenerse en su cargo hasta la jubilación o hasta que se les obliga a retirarse por algún motivo.
Siempre expresarán sus deseos de alcanzar una mejor situación, aunque sus anhelos no lograrán sobrevivir al primer obstáculo que el destino decida plantearles. Asimismo, son efectivos a la hora de planificar sus carreras, y logran tomar decisiones acertadas y oportunas.
No poseen grandes redes de contactos, ya que no les gusta importunar a las otras personas, y, al mismo tiempo, son muy orgullosos como para dejar que los demás sepan que están desempleados. En resumen: son personas sólidamente organizadas, que siguen los planes de la búsqueda laboral al pie de la letra, cuyo mayor defecto es la falta de contactos.
Los planificadores
* Los planificadores son individuos de pocas palabras, precisos y calculadores. Si sienten que no son reconocidos o que su trabajo —que siempre se ajusta a lo solicitado— pasa inadvertido, entonces comenzarán a planificar en silencio su salida.
No obstante, sólo se irán cuando sea el momento adecuado. Nadie verdaderamente puede saber si están descontentos, ya que continúan actuando con naturalidad y no suelen hacer públicas sus quejas.
Los planificadores son rigurosos a la hora de seguir su plan. Ellos aman el orden de sus planes. Su actitud podría resumirse con la siguiente frase: “Ya les mostraré lo que valgo”. A ciencia cierta, saben que hay un trabajo aguardando por ellos.
Los planificadores no suelen andar haciendo amigos por el mundo, por lo que no cuentan con gran cantidad de contactos, aunque, si las cosas se ponen bravas, no dudarán en hacer ese llamado telefónico.
Posiblemente te hayas visto reflejado en alguna de las descripciones anteriores. Cabe señalar que estos son rasgos generales, de modo que no creas que hay algo mal si tienes un poco de uno y un poco de otro.
Estas descripciones pueden darte una idea de tus fortalezas y debilidades a la hora de dar ese paso que tanto te cuesta. Este tipo de apreciación ayuda a cambiar esos hábitos perniciosos y hace que la búsqueda laboral una tarea más agradable y, sobre todo, más exitosa.
¿Se puede morir por trabajar?
Muchas empresas, que quieren sobrevivir ante la dura competencia, demandan de su personal un gran esfuerzo, que genera fatiga y estrés, que poco a poco, va deteriorando su salud y en graves ocasiones les lleva a la muerte...
Hay hombres que trabajan como si fueran a vivir eternamente
Demócrito
Amo mi trabajo, todo el tiempo estoy en mi oficina, tomo una bebida y como unas galletas para no perder tiempo, me apasiona tanto el trabajo que aun durmiendo resuelvo problemas.
¿Acaso esta será la panacea para enfrentar situaciones críticas que amenazan el nivel de éxito o supervivencia de las organizaciones?
Muchas empresas, que quieren sobrevivir ante la dura competencia, demandan de su personal un gran esfuerzo, que genera fatiga y estrés, que poco a poco, va deteriorando su salud y en graves ocasiones les lleva a la muerte.
Es que intenso trabajo se relaciona con alta productividad, y para muestra basta un botón, una nación reconocida por su intenso trabajo sin descanso es Japón, que tras su derrota en la 2ª. Guerra Mundial, tuvo un acelerado ritmo de recuperación que dejo mucho muy atrás los estándares que tenía como pueblo, para convertirse en la segunda potencia mundial, muchas son las razones por las cuales se logro este crecimiento vertiginoso, una de ellas, quizá la más importante, fue el tremendo esfuerzo que hicieron los japoneses, trabajando al máximo para salir de la pobreza.
A ellos se debe el término del concepto de muerte por sobrecarga de trabajo Karōshi, concepto que ha puesto en duda el llamado milagro japonés, puesto que se relaciona con la sobreexplotación, con trabajar para dejar de vivir.
El primer caso de karōshi fue en 1969 cuando un empleado de embalaje de una gran compañía de periódicos japonesa falleció de un ataque al corazón a los 29 años de edad, después de llevar más de 40 días seguidos sin apenas descansar.
El karōshi empezó a ser visible durante los años 80’s cuando ejecutivos japoneses trabajando bajo mucha presión y estrés empezaron a morir de forma imprevista y brusca en sus puestos de trabajo.
Actualmente se calcula que más de 10,000 japoneses mueren al año por karōshi. La muerte por karōshi es repentina y sobreviene por hemorragia cerebral, insuficiencia cardiaca o respiratoria, debido a un exceso de fatiga que produce alta presión y endurecimiento arterial.
Hoy por hoy la presión laboral, el trabajar por encima del horario de forma continua, ha ocasionado que muchas personas sufran problemas o enfermedades derivadas del exceso de trabajo, entre los que destacan derrames cerebrales y ataques al corazón.
Al trabajar como si la vida fuera eterna, se hace a un lado el disfrutar de una buena calidad de vida, la mayoría de las veces desplaza a nuestra pareja, hijos, padres, hermanos, amigos e inclusive a nuestra propia persona, por eso importante administrar nuestro tiempo de modo que se pueda gozar de todos los momentos que hacen real la vida, el estar aquí y ahora, dedicar una hora a la familia al 100%, treinta minutos a mi persona exclusivamente sin pensar en problemas laborales y mejor aun ser realmente productivo en el horario laboral, puesto que como dijo Henry Cooke "el trabajo pesado es por lo general la acumulación de tareas livianas que no se hicieron a tiempo", y como lo decía mi antiguo jefe “aquel que tarda más de 8 horas en realizar su trabajo está haciendo algo mal”.
Cómo recibir el reconocimiento que mereces
¿Cansado de pasar inadvertido? ¿Harto de hacer todo el trabajo y ver cómo los demás se llevan los laureles? A continuación, algo que puede interesarte...
¿Y cómo no vas a estar de mal humor? Tanto tiempo trabajando en el proyecto, pensando todas y cada una de las posibilidades, y ahora otra persona se ha llevado el crédito. Pero si el reconocimiento debía ser tuyo..., si ese puesto debía ser tuyo. ¿Qué has hecho mal?
Cuando llega el momento de un ascenso en la oficina, tu jefe organizará un ranking de posibles candidatos en su cabeza. Él pensará en todos los grandes momentos, en las mejores actuaciones de sus empleados, los highlights de sus carreras. Claro que si quieres obtener el ascenso, deberás haber grabado en la mente de tu jefe algunos momentos memorables. ¿Qué no lo has hecho? ¿Y eres el que más duro trabaja? Entonces es posible que no estés recibiendo el reconocimiento que mereces por tu trabajo.
Para ponerlo más en claro: eres quien asiste al delantero con un pase magistral, pero en definitiva el que hace el gol se lleva el 90% del crédito.
En consecuencia, ¿cómo hacer para ubicarte estratégicamente dentro de ese ranking de grandes momentos? A continuación, te ofrecemos los tipos para que todas las cámaras y los reflectores apunten en tu dirección (y justo en el momento que mejor estás haciendo tu trabajo).
Ofrece presentaciones cada vez que sea posible
Las personas no sólo recuerdan las grandes presentaciones y las ideas: también recuerdan a las personas que entregan el mensaje. Si otro sujeto se encarga de llevar tu mensaje, entonces éste tendrá tu crédito, y se estará robando la porción de atención que te corresponde.
En lugar de dejar el trabajo en manos de otra persona, aférrate a cada oportunidad de presentar tus ideas al management y hazlo por cuenta propia. Las personas recuerdan las buenas ideas y a sus portadores, así que debes estar listo para presentarte ante el directorio cada vez que tengas algo grandioso en mente. Esta técnica es realmente sencilla, y es una de las mejores formas de obtener el crédito por tu trabajo.
Envía reportes de estado con frecuencia
A la hora de incrementar tu visibilidad, el nombre del juego es repetición. Tu jefe está ocupado pensando en millones de prioridades, y tú no eres más que una de ellas. En vistas de ganarte un lugar en sus pensamientos, necesitas ocuparlos más a menudo.
Los directivos quieren saber que sus empleados están cumpliendo con el trabajo. Enviar reportes de estado en forma regular —incluso cuando no tengas nada verdaderamente importante que decir— te permitirá meterte en la mente de tu jefe, y crearte la imagen de un empleado efectivo, que lleva adelante sus tareas. Puede que parezca inútil o trivial, pero es realmente beneficioso en el largo plazo. Lo comprobarás cuando seas reconocido por tu trabajo.
Busca testimonios favorables
Nada puede dar crédito de cuán brillante ha sido tu última idea como un testimonio de un cliente o colega referente a tu pericia laboral. Piensa en el último avance (o trailer) de una película que hayas visto: los estudios hacen referencia una y otra vez a lo que los críticos y celebridades han dicho acerca de la película, lo que sin dudas ayuda a construir credibilidad.
Un testimonio positivo no sólo hará que los reflectores recaigan sobre tu figura, sino que también te harán lucir como una persona inteligente, capaz de hacer satisfacer las necesidades de sus clientes. Y si realmente quieres ponerle la frutilla al postre, haz que el testimonio escrito de tu cliente llegue directamente a tu jefe. A esta altura, seguro te habrás ganado una palmada en la espalda y una suba en tu salario.
Participa en proyectos exitosos
Definitivamente, tu manager no va a recordarte por todas las cosas que has hecho en la empresa. No obstante, él sí va a tener un registro de tus victorias más resonantes. De modo que si quieres estar presente en el ranking de highlights de la empresa, lo mejor que puedes hacer es participar en las grandes victorias.
Concentrarte en aquellos proyectos que podrás llevar adelante exitosamente ayudará a elevar los niveles de confianza que tu jefe tiene en ti. Progresivamente, esta confianza te ayudará a participar en proyectos más y más grandes, que te darán mayor exposición y reconocimiento.
Llénate de proyectos durante los períodos de revisión
Cuando llegue el período de revisión, piensa en tu jefe como el personaje protagonista de la película Memento: él difícilmente pueda recordar algo que haya ocurrido algunos minutos antes. Tu jefe está tan preocupado por cosas importantes —como pensar en su propio ascenso—, que raramente se ponga a pensar en lo que has hecho por la empresa.
El momento para trabajar en serio en vistas a obtener el reconocimiento necesario es antes del período de evaluación. Éste es el momento para embarcarte en cada proyecto visible sobre el que puedas poner las manos. No te preocupes, podrás volver a jugar en tu cubículo después de la revisión, pero de momento necesitas mantenerte completamente ocupado. Es tu trabajo forjar la imagen que quieres meter en la cabeza de tu jefe.
Mantente visiblemente ocupado
No es suficiente con sumarte a los proyectos, sino que necesitas ir un paso más allá y lucir ocupado. Cuando se encuentre escribiendo tu revisión, tu manager va a tomar los momentos más vívidos que tenga de tu rendimiento profesional, que por lo general coinciden con los momentos más recientes.
Claro que tú quieres que estos recuerdos te muestren llegando temprano a la oficina, yéndote en último lugar, y luciendo estresado y ocupado; incluso dispuesto a dar la vida por tu empleo. Es el momento de comer en tu escritorio, cubrir tu oficina de papeles, y recordar a todo el mundo lo ocupado que estás. Lucir atareado es tan importante como estarlo.