lunes, 13 de septiembre de 2010

Alimentos funcionales


ALIMENTOS FUNCIONALES (AF)
Alimentos elaborados no sólo por sus características nutricionales sino también para cumplir una función específica como mejorar la salud y reducir el riesgo de enfermedades. Para ello se les agregan componentes biológicamente activos, como minerales, vitaminas, ácidos grasos, fibra alimenticia o antioxidantes, etc. A esta manipulación se le denomina también fortificación.


PREBIÓTICOS Y PROBIÓTICOS
Los Probióticos son bacterias benéficas que llegan vivas al Colon. Ayudan a restituir la flora intestinal y a mejorar las defensas naturales.
Los Prebióticos son fibras que estimulan el crecimiento de las bacterias beneficiosas en el colon; permitiendo así, mejorar la función del sistema digestivo e inmunológico y la absorción de Calcio en el cuerpo humano.
Un alimento con Prebióticos sirve para potenciar otro con Probióticos.



Alimentos prebióticos y probióticos:
¿Realmente son necesarios?

La etiqueta de "saludable" acompaña a unos alimentos que, aunque con beneficios comprobados, son mucho más caros y no siempre necesarios

Yogures, galletas, zumos y panes efecto bífidus han entrado en nuestra dieta con mucha publicidad y escasa información. Estos superalimentos, englobados dentro de los productos prebióticos y probióticos, se han colado ya en la cesta de la compra de muchas familias que los consumen sólo porque, además de un precio mayor, cuentan con el marchamo de "saludable". Pero, ¿cómo discernir entre lo que no pasa de una moda y lo que se convierte en una compra acertada y saludable que compensa el mayor desembolso?


¿Qué son los prebióticos y probióticos?

Además de destacar por sus cualidades nutricionales, aportan beneficios adicionales para la salud

Los prebióticos y probióticos se incluyen en el concepto de alimentos funcionales. Con este término se designa a los alimentos que, además de destacar por sus cualidades nutricionales, aportan beneficios adicionales para la salud. Según datos publicados en 2003 por Datamonitor -compañía líder en la provisión de información empresarial-, la compra de alimentos funcionales aumenta en un 16% cada año.


Prebióticos y fructo-oligosacáridos

Los prebióticos son ingredientes no digeribles que tienen la propiedad potencial de mejorar la salud debido a que favorecen el crecimiento selectivo de bacterias intestinales beneficiosas. Los dos prebióticos más estudiados son los fructo-oligosacáridos o FOS conocidos como oligofructosa e inulina. Son carbohidratos presentes en vegetales como ajo, cebolla, puerro, espárrago, alcachofas, raíz de achicoria, tomates, plátanos, etc. Si se analizan los hábitos de alimentación de la población general, se estima que la cantidad que se consume de FOS es de unos 800 miligramos al día, cuando los expertos recomiendan ingerir entre 2 y 6 gramos.

Los expertos recomiendan ingerir entre 2 y 6 gramos

Esta es la razón que justifica que, además de consumir los citados alimentos, se tomen productos que incorporan FOS, eso sí, en casos concretos. Los productos más representativos que se comercializan de este tipo son algunos preparados lácteos, bebidas, alimentos infantiles, galletas y panes.


Probióticos y bacterias lácticas

Los probióticos son alimentos que contienen microorganismos vivos cuyo consumo tiene efectos positivos para la salud por su acción sobre la flora intestinal, pues promueven el desarrollo de bacterias beneficiosas -Lactobacillus acidofilus y Bifidus-. En la actualidad, los únicos alimentos probióticos que hay en el mercado son:

* los yogures: se llama así a la leche fermentada con las bacterias lácticas -Streptococcus thermophilus y Lactobacillus bulgaricus o acidofilus-
* otras leches fermentadas: productos similares en aspecto al yogur, sólo que fermentados con otro tipo de bacterias como Bifidobacterias, Lactobacillus casei imunitass, etc.
* bebidas que contienen, además de zumo, leche fermentada y cultivos de bacterias.


¿Son importantes?

En el intestino se produce la mayor parte de la digestión de los alimentos y la absorción de los nutrientes. Pero también es el lugar en el que se realiza la primera selección de los componentes que "sirven o no" de aquello que consumimos. Si la digestión no es completa, si la facilidad de paso de sustancias desde el intestino a la sangre es excesiva o su población microbiana está alterada, hay riesgo de que sustancias no deseables se incorporen a nuestro organismo. Las consecuencias son muy diversas: inflamación, gases, diarreas, infecciones, e incluso alergias e intolerancias. En este contexto surgen los prebióticos y probióticos, que se basan en el cuidado de la salud intestinal.


¿Cuáles son los beneficios de prebióticos y probióticos?


Previenen y ayudan a tratar enfermedades

* Diarrea. Las bacterias lácticas inhiben el crecimiento de diversos microorganismos patógenos o dañinos, por lo que son beneficiosas en caso de diarrea de distinto origen; la que cursa tras la toma de antibióticos, por virus o bacterias, etc. Del mismo modo, los FOS afectan al hábitat intestinal y a la actividad de las enzimas, conduciendo a la producción de ciertas sustancias -ácidos grasos de cadena corta- que también inhiben el crecimiento de patógenos.
* Estreñimiento y exceso de gases. Tanto las bacterias lácticas como los FOS favorecen el equilibrio de la flora intestinal, por lo que mejoran el tránsito y la hinchazón asociada a exceso de gases.
* Riesgo cardiovascular y diabetes. Los FOS comparten las propiedades clásicas de la fibra, por lo que, además de regular el tránsito, contribuyen a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos, así como a un mejor control de la glucemia.
* Estabilizan y mejoran enfermedades que afectan al intestino como Crohn y colitis ulcerosa - en particular por el consumo de probióticos-.

Mejoran la digestión
* Las bacterias lácticas favorecen la síntesis de vitaminas -K y grupo B- y la absorción de nutrientes. Los FOS estimulan la absorción de minerales -calcio, magnesio, cinc y hierro- y mejoran la mineralización ósea.

Estimulan las defensas
* Ambos componentes equilibran la flora intestinal incrementando la resistencia a las infecciones.


¿Son realmente indispensables?

Aunque el potente marketing utilizado para vender estos productos puede hacernos creer que resultan indispensables, lo cierto es que en la mayoría de las ocasiones una dieta equilibrada y variada basta para lograr los beneficios que prometen. ¿Por qué gastar más, entonces, en este tipo de productos, cuando algunos duplican su precio respecto a sus equivalentes "normales"? Más aún, cuando no curan ni previenen por sí solos alteraciones o enfermedades. De hecho, no son fármacos y, además, sus efectos varían de una persona a otra.

Una dieta equilibrada y variada basta

En su defensa se puede afirmar que son productos que, en dosis adecuadas, pueden resultar beneficiosos para algunas situaciones. Por ejemplo, cuando la dieta por sí sola no basta para mejorar problemas de salud que ayudan a combatir, como digestiones lentas que acaban generando hinchazón de vientre y gases, o para la recuperación de la flora bacteriana tras una diarrea. Pero sirven también para compensar la ausencia en la dieta de alimentos que de manera natural incluyen prebióticos y que no se pueden consumir por intolerancia a los mismos o porque, sencillamente, no nos gustan esos alimentos. En todos estos casos, sin embargo, conviene tener en cuenta que para conseguir un beneficio hay que ser constantes. Es decir, habría que tomar los prebióticos y probióticos considerando tanto su dosis efectiva como la frecuencia de consumo adecuada a cada caso. Y por el momento no hay suficientes estudios acerca de estas dos cuestiones...


Prebióticos, Probióticos y Simbióticos

 

PREBIÓTICOS

Los prebióticos son hidratos de carbono de cadena corta, con al menos dos unidades de fructosa, existentes en los alimentos. Los enlaces de estos azúcares no pueden ser hidrolizados por las enzimas del intestino delgado, por lo que los prebióticos no podrán ser digeridos ni absorbidos en el tracto digestivo superior y actuarán, por tanto, como sustrato para la flora intestinal autóctona del intestino grueso, favoreciendo el crecimiento de bacterias con propiedades probióticas, como Lactobacillus o Bifidobacterias.

Tabla 1
Dentro de los prebióticos (tabla 1) podemos destacar:
  1. Oligosacáridos de fructosa (FOS), presentes en la miel, cebolla, avena, espárragos, plátanos, centeno, alcachofas, ajos, puerros. Estructuralmente están constituidos por cadenas de 2 a 9 unidades de fructosa y pueden contener una unidad de glucosa terminal.
  2.  Inulina, de similar distribución. Está formada por cadenas de 2 a 60 unidades de fructosa con una unidad de glucosa central.
  3. Lactulosa y Lactitol, que funcionan como laxantes y son los más empleados en la práctica médica.

En la cocina industrial se usan estos elementos como texturizantes, espesantes y sustitutivos de grasas y azúcares, por lo que los encontraremos en productos de panadería, helados, productos lácteos y salsas bajas en calorías.

PROBIÓTICOS

Los probióticos son microorganismos vivos que sobreviven el paso por el tracto digestivo y que tienen unas funciones fundamentales:
  • la reducción o eliminación de microorganismos patógenos, toxinas, mutágenos y carcinógenos
  • la modulación de los mecanismos de defensa inmunológicos innatos y adaptativos
  • la promoción de la apoptosis
  • la síntesis y liberación de nutrientes, antioxidantes, factores de crecimiento, factores de la coagulación y otras sustancias bioactivas
Para considerar a un microorganismo como probiótico, éste tiene que cumplir unos requisitos: habitar habitualmente el intestino, tener un tiempo de replicación breve, ser estable y viable en el tubo digestivo una vez ingerido y ser capaz de producir compuestos antimicrobianos.
En el grupo de los probióticos (tabla 2) cabe resaltar, entre otros, los Lactobacillus y las Bifidobacterias. En el ámbito de la cocina, podemos encontrar estos dos grupos de bacterias, de forma natural, en productos lácteos fermentados (como yogur o kefir), y también de forma artificial, añadidos en preparados, alimentos o suplementos probióticos.


Tabla 2
(click sobre la imagen para ampliar)

SIMBIÓTICOS

Son la asociación de prebióticos y probióticos (tabla 2).
©2007 Ana Alabajos Cea


 Lactobacillus GG

Los probióticos son microorganismos vivos presentes en el tubo digestivo que, ingeridos en cantidades suficientes, pueden sobrevivir allí y ejercer una actividad beneficiosa para la salud. Tal vez el probiótico más importante de todos por sus efectos, es el Lactobacillus GG. Esta bacteria, a diferencia de otros probióticos potenciales, sobrevive en las secreciones gástricas y biliares, coloniza el tracto gastrointestinal y estimula una serie de reacciones químicas que nos protegen contra enfermedades como:

Cáncer al colon
Está científicamente comprobado que, junto con una dieta rica en fibra, el Lactobacillus GG previene la formación de tumores en el colon, y en caso de haberlos, disminuye su crecimiento y multiplicación en el cuerpo humano. Las personas que están en mayor riesgo de contraerlo son las de sexo femenino y las que fluctúan entre las edades de 65 y 74 años, por lo tanto, son quienes más importancia deben dar a su consumo.

Enfermedades alérgicas
En la última edición de la revista Lancet (2001; 357:1076- 79) se publican los resultados del estudio realizado por el Dr. Marki Kalliomaki y sus colaboradores, de la Universidad de Turku, Finlandia, que concluyen que mientras más temprano se administre el Lactobacillus GG, mayores son sus beneficios, de hecho se comprobó que los niños que los adquirieron de sus madres durante el embarazo y a través de la leche materna, desarrollaron menos alergia que los que los recibieron más adelante en su infancia. Sin embargo, el Lactobacillus GG no deja de ser beneficioso en cualquier etapa de la vida.
Otros estudios realizados en varios hospitales afirman que el Lactobacillus GG ayuda a prevenir y a disminuir manifestaciones de la alergia como la dermatitis atópica. La dermatitis atópica es la inflamación más severa en la piel causada por la alergia, que causa comezón y numerosas ronchas.

Diarrea
Muchas veces los rotavirus son bacterias que ocasionan enfermedades gastrointestinales. Como la Gastroenteritis, que se manifiesta con diarrea, se combaten con antibióticos. Se ha comprobado que la diarrea dura menos e incluso se puede prevenir con el consumo de alimentos que contengan Lactobacillus GG.

Estreñimiento
El Lactobacillus GG potencia la inmunidad del organismo contra los virus, disminuye las sustancias tóxicas producidas por algunas bacterias intestinales que afectan la correcta digestión; por eso normaliza las funciones digestivas, previniendo el estreñimiento. Resiste los principales antibióticos y mantiene equilibrada la flora intestinal. Además combate la gastritis, mejorando el valor nutritivo de todo tipo de alimentos.

Colitis
Según el Danone World Newsletter, se ha demostrado claramente la función protectora de las bífido bacterias contra las enterocolitis necróticas neonatales (NEC), afecciones graves caracterizadas por distensiones abdominales, hemorragias intestinales, alteraciones de la mucosa y una pneumatosis intestinal.

Ulcera gástricointestinal
El Lactobacillus GG también tiene una influencia en la formación de úlceras en el íleon. El efecto secundario más conocido de los antiflamatorios no esteroides (NSAIDs utilizados en el tratamiento de la artritis) es la aparición de úlceras gastrointestinales. Su administración modifica el equilibrio de la flora intestinal, o sea, entre las bacterias beneficiosas y perjudiciales que habitan en nuestro organismo.
En Estados Unidos la FDA ya aprobó la costosa vacuna contra los rotavirus, la cual está hecha a base de Lactobacillus GG. Además ya se están comercializando pastillas que contienen esta bacteria.
Como podemos ver, el Lactobacillus GG, es una bacteria muy beneficiosa para la salud, es por esto que se recomienda incluirlo siempre en su dieta, especialmente teniendo en cuenta que vivimos en un país en donde la falta de higiene favorece el aumento de bacterias dañinas para el organismo, especialmente en los niños, que pueden heredar la predisposición a ciertas bacterias o contraerlas fácilmente en las guarderías, escuelas, etc.

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