viernes, 23 de julio de 2010

Mordeduras de serpiente






A pesar de afectar a un escaso número de personas, seguir unos sencillos consejos de prevención y primeros auxilios evitaría muchos accidentes


Es difícil saber con exactitud el número de mordeduras de serpientes en todo el mundo.

La tasa de mortalidad en Europa y Estados Unidos es del 2%. Todas las lesiones están provocadas por víboras, la serpiente venenosa más frecuente en la península ibérica. La mayor parte de las mordeduras se registran de abril a octubre y, a pesar de que afectan a personas de todas las edades, los efectos más graves se desarrollan en ancianos, niños y en personas con antecedentes de enfermedad cardiovascular. Saber qué medidas adoptar cuando se acude a zonas montañosas para prevenir una mordedura, cuáles son los primeros auxilios que se deben realizar y, más importante si cabe, qué no debe hacerse nunca, evita males mayores.

Las mordeduras de serpiente son, a menudo, accidentales y localizadas en brazos y piernas. Si son venenosas, la posibilidad de morir depende de la cantidad de veneno inyectada, a pesar de que los datos sugieren que, sin tratamiento, el número de fallecimientos no supera el 10%. La gravedad es mayor cuando: se localiza en tronco o cara, el animal es joven (la mordedura es más agresiva y el veneno, más concentrado) o tiene un gran tamaño (inocula más veneno), si se muerde en un vaso sanguíneo o si la víctima es niño, anciano o tiene antecedentes de enfermedad cardiovascular.

En los casos más graves, la víctima fallece por parada cardiorrespiratoria, por hemorragias generalizadas, insuficiencia renal o shock anafiláctico. Cuando la inoculación de veneno es importante, se utiliza suero antiviperino, que elabora el Instituto Pasteur y es útil para todas las especies de ofidios venenosos del continente europeo.

Mejor prevenir

La prevención es básica ante este tipo de picaduras. Si se siguen las recomendaciones de los expertos, se pueden impedir muchos accidentes. Hay que prescindir de lugares donde se puedan esconder las serpientes, como son las rocas y troncos, y no se deben introducir manos ni pies en lugares sin visibilidad. Aunque la mayoría de las especies que se localizan en España no son venenosas, hay que evitar jugar o molestarlas, ya que, además de ser la manera en que ocurren la mayoría de mordeduras graves, al ser animales portadores de multitud de bacterias, causan heridas que se infectan de manera fácil.



En excursiones hay que llevar botas de caña alta, calcetines gruesos y pantalones largos de tela gruesa

Todas las personas que acuden a lugares donde es fácil encontrarlas deberían llevar indumentaria adecuada (botas de caña alta, calcetines gruesos y pantalones largos de tela gruesa) y un botiquín con el material indispensable. También es recomendable tener a mano el teléfono del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses -915 620 420- disponible las 24 horas para urgencias toxicológicas, para pedir información ante mordeduras o picaduras de otros animales. En un área de poca visibilidad, no está de más tantear el recorrido con un bastón. Ante el ruido, las serpientes tienden a marchar y muerden como último recurso.

Primeros auxilios

Ante una mordedura de serpiente, los Institutos Nacionales de la Salud de EE.UU., en la revisión de este mismo año, insisten que sólo si se está totalmente seguro de que es una especie no venenosa, hay que tratarla con urgencia.

  1. Primero hay que mantener al herido calmado, restringir sus movimientos y dejar el área afectada por debajo del nivel del corazón para reducir el flujo del veneno, mientras se pide ayuda a los servicios de emergencias (teléfono 112). Hay que trasladarle a un lugar seguro y, sobre todo, evitar nuevas mordeduras.
  2. Si se dispone de una bomba de succión, como la de algunos botiquines que se pueden obtener en tiendas especializadas en deportes de montaña, hay que seguir, de forma estricta, las instrucciones del fabricante. Si no, basta con aplicar un desinfectante y cubrir la herida con una gasa.
  3. Es fundamental retirar los anillos u objetos que constriñan el área afectada. Ayuda colocar una férula, tablillas o cualquier otro dispositivo que inmovilice la zona de la mordedura sin apretarla.
  4. Si el lugar de la mordedura se hincha y cambia de color, es probable que la serpiente fuera venenosa.
  5. Vigilar las constantes vitales, como pulso y respiración. Si la persona empieza a palidecer (puede ser signo de shock), hay que levantar las piernas unos 30 cm de altura y cubrirla con un abrigo, toalla o similar. Puede ser útil saber realizar la técnica de reanimación cardiopulmonar.
  6. Si es posible, y no entraña ningún riesgo, hay que entregar la serpiente muerta a los servicios de emergencia, pero en ningún caso hay que perder tiempo en cazarla ni arriesgarse a que muerda a alguien más. Este animal puede morder por reflejo hasta una hora después de muerto.
  7. De la misma manera, se recomienda no realizar bajo ningún concepto determinadas acciones tenidas por correctas.




* No dejar que la persona se esfuerce.

* No aplicar torniquetes, ni compresas frías, ni hielo, ni cremas en el lugar de la mordedura.

* No cortar el área afectada con una cuchilla ni succionar el veneno con la boca.

* No dar de beber ni de comer.

* No administrar ningún medicamento. Si el dolor es insoportable, los especialistas recomiendan administrar un paracetamol, nunca aspirina ni antiinflamatorios.

* No levantar la zona afectada por encima del nivel de la cabeza.


OFIDIOS EN URUGUAY

En nuestro país existen algo más de treinta especies de las clasificadas como "Serpentes", suborden que incluye nuestros diferentes ofidios. De ese número solamente cuatro son peligrosas para el hombre.

De ellas, dos especies están en franco retroceso, sea por la captura y muerte a que se las sometió o por la competencia por el hábitat, lucha en la cual la especie humana las viene venciendo rápidamente.

Esas dos son la Coral y la Cascabel.

Las otras dos especies son la Crucera y la Yara o Yarará.

Se ubican en 14 de nuestros 19 departamentos. Con un mínimo de precauciones es posible evitar accidentes con cualquiera de las cuatro.

En el cuadro y las fotos va una lista de las características visibles (sin aproximarse demasiado) para diferenciar un ofidio venenoso (víbora) de una culebra inofensiva.

VIBORA CULEBRA

CABEZA Triangular Redondeada

CUELLO Bien marcado Poco o nada

COLA Corta y bien continuada con el cuerpo sin diferencias marcadas

COLORES Dibujos bien Lisos o diseños marcados o poco regulares anillos con rojo

EXCEPCIONES

Como toda regla, las medidas que utilizamos habitualmente para diferenciar culebras de víboras también tiene su excepción. Existe en Uruguay una especie de víbora, la Coral o Víbora de Coral, que posee todas las características externas de culebra: cabeza pequeña, redondeada, cuello no marcado, cola mal delimitada, etc.. La presencia de glifos, así como la ubicación del aparato inoculador la presentan como perteneciente a la categoría de proteroglifas.

De hecho es la única especie de este grupo que habita en nuestro país. Por otro lado y para la tranquilidad de todos, el poco desarrollo, la pequeña cabeza, los glifos pequeños y con canal abierto, así como el temperamento poco agresivo hace que este animal no esté dentro de las estadísticas de accidente ofídicos.

La contrapartida de lo que señalamos antes está dada por una especie de culebra totalmente inofensiva para el hombre, carente de glifos (aglifa), con la conformación de una víbora venenosa.

Se trata de la Listrophis d'orbigny, conocida como Falsa Coral por la presencia de los colores amarillo, negro y rojo.

A diferencia de la Coral, el color rojo es visible sólo cuando el animal levanta y enrosca la cola (señalando el rojo como color de alerta en la naturaleza).

En la Coral verdadera, los tres colores se presentan de forma claramente alternada, formando anillos completos.

En la Falsa, los colores dorsales son amarillo y negro, a veces y observando con más detalle existen manchas pardas de pequeño tamaño pudiendo también aparecer algún pequeño detalle rojo, sólo visible muy de cerca.

La forma del cuerpo, corto, grueso, cabeza marcada, cuello bien definido, cola corta, así como la coloración dorsal hacen que también se la conozca como Falsa Crucera.

De cualquier manera es importante recalcar su total inofensividad. Además, un animal no puede ser a la vez dos cosas.

Si bien tiene características de Coral, también las tiene de Crucera, por lo tanto es lógico pensar que no es ninguna de las dos.

Existe otra especie de Falsa Coral (Oxirhopus rombifer) que también tiene características de "culebra" y es una "culebra" inofensiva, que a veces es confundida con una Coral por la presencia de los colores rojo, negro y amarillo. Sin embargo no presenta anillos.

Presenta rombos dorsales de color negro, con manchas rojas sobre fondo amarillo.

MITOS Y LEYENDAS

ES FALSO QUE...

... los ofidios hipnotizan a su presa.

El mito surge del ojo que no posee párpados y de la presa que opta por no moverse para no ser detectada.

... los ofidios maman de mujeres o animales.

Este mito surge de la relación entre el miedo y la descarga de adrenalina y el efecto opuesto de esta hormona con la occitocina, que es responsable de la bajada de la leche en los mamíferos. Como causa se agrega el aspecto similar de la leche cuajada de las deposiciones de los reptiles por el hecho de que en su sistema el aparato urinario y el digestivo desembocan en forma conjunta en una cloaca. Ni su lengua ni la estructura muscular y ósea le permiten succionar.

... las víboras pueden producir algún tipo de daño con la lengua o con la cola.

La primera sirve como órgano de percepción y la segunda es utilizada como una distracción para la presa o el agresor por algunas especies o como forma de mostrar ciertos colores que en la naturaleza indican peligro.

... las víboras son repelidas por el ajo.

La evidencia científica disponible indica que el ajo no ejerce ningún tipo de efecto sobre los ofidios.

... un glifo o diente inoculador desprendido e incrustado en una prenda de ropa o calzado (una bota de potro, dice la leyenda), pueda causar la muerte de una persona.

El glifo es sólo un vehículo para el veneno. Sin la glándula productora y los sacos donde se almacena el mismo, sólo una ínfima cantidad podría introducirse a través de la piel que se pudiera lesionar con la pieza incrustada.

Existe un mito que no nos atrevemos a refutar ni sugerimos que se intente comprobar a menos que se disponga de los medios adecuados de seguridad. Nuestra gente de campo dice que las víboras se despojan de sus sacos de veneno al entrar al agua.

Por lo tanto se supone que no muerden mientras nadan.

Es totalmente imposible que los animales de desprendan de parte de su anatomía siendo el fundamento por el cual se presume o asegura que no muerden, el hecho de que para poder dar un bote necesitan tener apoyados dos tercios de su longitud total. Al no tener apoyo sólido no pueden o no podrían proyectar la cabeza en el "bote".

AGRESIVIDAD Y TEMPERATURA

Existe una relación entre la temperatura ambiente y las posibilidades de recibir una mordida. Los reptiles son animales poiquilotermos, es decir que se supone que no son capaces de regular su temperatura corporal. Esta depende de la del medio.

Cuando la temperatura ambiente baja, su velocidad de reacción disminuye. Científicos de la Universidad de Wyoming han realizado investigaciones con animales de la especie Crotalus viridis viridis (Cascabel) y han determinado que el comportamiento defensivo se traduce, en primera instancia, en fuga siempre y cuando la temperatura corporal del reptil sea alta, mientras que en especímenes cuya temperatura es baja, la reacción pasa a ser de agresión.

Según una teoría, esta agresión le permite al animal con menos velocidad de reacción, ganar tiempo para huir, instintivamente manejando su inferioridad de condiciones. Esto significa que existen mayores posibilidades de recibir una mordida en las horas de menor temperatura del día o en las épocas menos calurosas del año. Considerando la presencia de tres especies de la familia Crotalidae en nuestro país: la Cascabel (Crotalus durissus terrificus), la Crucera (Bothrops alternatus) y la Yara (Bothrops neuwiedii pubescens), lo que nos hace suponer, sin que se haya confirmado a través de una investigación científica directa, que los datos de la investigación de Goode y Duvall, de la Universidad de Wyoming, podrían perfectamente ser válidos para nuestras especies venenosas.


ESPECIES VENENOSAS DEL URUGUAY Y SU DISTRIBUCION

CRUCERA - (Bothrops alternatus). Habita generalmente en lugares bajos, áreas de bañado o de pajonales. Su tamaño puede superar el metro con ochenta. Se reconoce con facilidad por sus diseños con forma de "C" invertida a los costados de su cuerpo. No es esperable encontrar y mucho menos ver a distancia prudencial la mancha en cruz en la cabeza, que paradójicamente le da su nombre. Su alimentación es básicamente rodentófaga (roedores). Por ese motivo y a pesar de la peligrosidad es un excelente control biológico. Estadísticamente se dan más de medio centenar de accidentes ofídicos involucrando a esta especie por año.

YARA o YARARÁ - (Bothrops neuwiedii pubescens). Prefiere a diferencia de la crucera, zonas pedregosas y de serranía. Se distribuye en casi todo el país, en áreas de esas características. Es bastante más agresiva que la crucera, aunque de menor tamaño. Se le reconoce por sus manchas o diseños trapezoidales en flancos. Su alimentación incluye roedores, aves pequeñas, batracios y reptiles. Su mordedura es dolorosa y peligrosa, pudiendo al igual que la anterior producir la muerte de la víctima si esta no recibe tratamiento en tiempo y forma.

CASCABEL - (Crotalus durissus terrificus). Es la más escasa de nuestras especies venenosas. Fácilmente reconocible por su apéndice córneo capaz de producir un sonido característico. Llega a desarrollar un tamaño considerable, superando el metro de longitud. Es además una especie de cuerpo grueso, lo que la hace más impresionante. Su alimentación es también a base de roedores.

Sus movimientos no son de la rapidez de las especies mencionadas anteriormente.

Estas tres especies son fundamentalmente de hábitos crepusculares y nocturnos a pesar de lo cual es muy común encontrarlas al sol durante el día en actitud de reposo.

CORAL - (Micrurus frontalis altirostris). Este ofidio rompe todos los esquemas clásicos de identificación de especies venenosas. Posee todas las características de culebra inofensiva.

Su temperamento extremadamente pacífico hacia el hombre hace que no existan accidentes ofídicos por mordedura de coral. Contribuye a esto su reducido tamaño, ya que la especie que vive en nuestro país no excede el medio metro, lo que hace que su tamaño, asociado a su proporcionalmente pequeña cabeza, la mordedura resulte bastante poco viable.

A pesar de esto la toxicidad de su veneno es extrema, por lo que en caso de duda, implica evitar siempre la manipulación. Es fácilmente identificable por la presencia de anillos rojos. Solamente la Coral verdadera posee anillos completos. Las especies de Falsas corales que habitan Uruguay, no poseen anillos sino manchas, aunque los colores sean similares.

Su alimentación es ofiófaga, es decir que se alimenta de otras víboras.

Toda su mansedumbre desaparece en presencia de la presa, a la que ataca ferozmente y en forma reiterada.



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